ENRIQUE GÓMEZ-CORREA EN WASHINGTON
Este sitio
ha recibido dos visitas que llaman la atención: la primera es de fecha 12.02.12
y dice simplemente: “ME SIENTO ORGULLOSA DE DECIR QUE ESE GRAN HOMBRE
FUE MI ABUELO”, y guardan la identidad.
La segunda visita es más concreta y alucinante: me escribe
JUANA ROSA PITA, poeta y académica residente en Boston, USA. Fecha: 29.07.13.
Ella informa que en 1977 conoció a nuestro gran poeta surrealista en Washington,
hecho que le causó indecible impresión. Lo notable de este contacto es que ella envía
la foto que registró del poeta ante el monumento a Lincoln. El comunicado es el
siguiente:
Estimado amigo:
Me dirijo a Ud. luego de asomarme al estupendo blog que tiene dedicado a nuestro gran poeta surrealista, agradeciéndole primero tan necesario homenaje, y también para anticiparle que pronto podré enviarle, publicado, un breve trabajo que acabo de escribir sobre el hombre y su obra.
Me dirijo a Ud. luego de asomarme al estupendo blog que tiene dedicado a nuestro gran poeta surrealista, agradeciéndole primero tan necesario homenaje, y también para anticiparle que pronto podré enviarle, publicado, un breve trabajo que acabo de escribir sobre el hombre y su obra.
Por el momento va la
imagen de cómo lo vi aquel mayo en que se apareció en Washington por
tres días a conocerme (yo había apenas publicado mis dos primeros
poemarios) dejándome con 8 de los suyos dedicados. Otros 6 me fueron
llegando desde Santiago en años sucesivos.
Créame que me ha emocionado leer la
última entrevista que Ud. le hizo y ver las fotos, desde que Parra se
sienta a su sombra hasta que se ve en silla de ruedas, diáfano y erguido,
como dispuesto a seguir desafiando lo desconocido hasta volverse invisible.
Va a ver que posó a gusto
para mi foto: ¡su palabra más amada era libertad!
Saludos cordiales,
Juana Rosa Pita
Juana Rosa Pita
Bien, no he
sido prolijo en este contacto porque no me ha llegado el trabajo que ella
publicó con el título de "Enrique Gómez-Correa o La luminosidad del
secreto", en el “Diario de Cuba” (digital), de Madrid, al parecer en
agosto del 2013. Ese artículo tendrá un lugar en una próxima segunda edición
del libro de 1999, del que poseo todavía unos pocos ejemplares. Sin embargo, la
poeta ya me envió un ejemplar de “El ángel sonriente. L’angelo sorridente”,
edición biligüe (2013); libro que me ha llenado de admiración por una
poesía límpida, llena de matices y aciertos, como cuando dice: “Sabemos, es
inútil cubrir con un dedo / el esplendor de la memoria.”
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